Desde las tapas clásicas a la cocina de vanguardia
Al oeste de la Catedral y del Ayuntamiento, se extiende hasta el río Guadalquivir el barrio del Arenal, un lugar repleto de historia que se ha convertido en un enclave top de Sevilla para disfrutar de la gastronomía con mayúsculas.
Experiencias para todos los paladares
En el Arenal hay todo tipo de establecimientos, un abanico formidable de experiencias gastronómicas. Si buscas el tapeo tradicional tienes una inmejorable representación de abacerías, freidurías , bares y restaurantes. Lugares singulares y muy queridos por los sevillanos como Trifón, Casa Moreno, Bodeguita Antonio Romero, Cervecería Internacional, Ventura, Bodega San José, Taquilla, La Taberna, Bar Alfonso «El Rey de los Caracoles».… se intercalan con restaurantes emblemáticos como Becerra, Taberna del Alabardero, La Isla, Mesón 5J o Salas, entre otros baluartes de la cocina sevillana.
El Mercado del Arenal es otro de los centros neurálgicos del barrio, una plaza de abastos que combina los típicos puestos de venta al público con establecimientos que sirven variadas propuestas culinarias.
Arenal de Sevilla, puerto de América
Aquella revolucionaria frase “Debajo de los adoquines está la playa” bien podrías emplearla cuando camines por El Arenal en tu ruta gastronómica. Una forma de recordar lo que dio nombre al barrio: el gran arenal que ocupaba una de las riberas del Guadalquivir, y donde se concentraban toda clase de industrias y oficios relacionados con la navegación. Esta zona portuaria alcanzó gran esplendor a partir del Descubrimiento de América, hasta el punto de convertirse en el puerto más importante de la época.
Un paraíso para los foodies
Pero además de la inconfundible solera de este barrio tan taurino (aquí se encuentra la Plaza de Toros de la Maestranza), cofrade (la sede del Baratillo, sin ir más lejos) y tan ligado a la Sevilla de ultramar, El Arenal ha vivido en los últimos años una maravillosa revolución gastronómica. En sus calles encontrarás una sucesión de nuevos restaurantes que destacan por su calidad, por sus sorprendentes creaciones, por la renovación de la tapa a la altura de los viajeros que buscan experiencias únicas.
La alta cocina en nuevos formatos se abre paso en El Arenal. La densidad de estos restaurantes en el barrio es asombrosa. Algunos nombres son ya muy conocidos gracias a miles de opiniones de viajeros y reportajes de críticos gastronómicos. Ahí están por ejemplo: Petit Comité, La Brunilda, María Luisa, Papirusa, Bartolomea, El Quinqué, El Puntal, Porta Rossa, La Azotea… Un fenómeno que no escapa a guías especializadas como la Bib Gourmand de Michelin, que ha incluido en su lista al restaurante Torres y García, de los creadores de Ovejas Negras.
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Si vas a la Bodeguita Antonio Romero pídete un piripi (se trata de un montadito adictivo).
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En la Bodeguita Romero (un bar diferente al anterior) la estrella es el montadito de pringá. También el de Bodega San José es todo un clásico.
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La ensaladilla en Sevilla es una maravilla. Las de la Cervecería Internacional y el Restaurante Becerra, justo en frente, son deliciosas. Ensaladillas espectaculares frente a frente.
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Acércate a Trifón (La Flor del Toranzo) y atrévete con el montadito de anchoas con leche condensada. No te imaginas lo bueno que está.
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Y si ves una tienda que se llama Casa Moreno, pasa hasta el fondo: allí se esconde una maravillosa abacería con literatura en sus paredes.