Conociendo el alma de un pueblo
El flamenco es música, cante, baile, poesía, sentimiento… y toda una filosofía vital. Descubre los auténticos significados que esta incomparable demostración de arte popular puede llegar a alcanzar.
Los orígenes
El Flamenco es seguramente la expresión más pura del folklore andaluz. Cuentan que sus orígenes se relacionan con la llegada de los gitanos en el siglo XV a las campiñas gaditanas de Jerez y a Sevilla. A mediados de siglo XIX se populariza a través de los cafés cantantes.
El primero de estos cafés cantantes se abre en Sevilla hacia el año 1885, extendiéndose posteriormente por Andalucía y Madrid. Hasta entonces el flamenco no había salido de reuniones familiares o fiestas particulares.
La Sevilla más honda
En Sevilla puedes disfrutar diariamente de la representación de este arte en todo su esplendor en los conocidos tablaos flamencos -herederos directos de los antiguos cafés cantantes-, en las peñas de los barrios, en espacios temáticos, en determinados bares y, por supuesto, en festivales como la Bienal.
Espacios y momentos ineludibles
Por su enorme importancia destaca la Bienal Flamenco, que se celebra en la ciudad con carácter bienal (en los años pares) y a la que acuden las máximas figuras del cante y el baile.
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Este incomparable encuentro lleva funcionando más de veinte años, y es una cita excepcional para proyectar el valor del Flamenco al resto del mundo, un arte que ya está declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
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Y con respecto a su faceta en movimiento, puedes descubrir su magia visitando el Museo del Baile Flamenco.
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Una estatua homenajea en el Altozano de Triana a las tres vertientes del mundo flamenco.
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Existen muchas academias que enseñan este arte a visitantes y sevillanos.
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Al flamenco también se le denomina con la expresión «cante jondo».
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En su historia hay grandes figuras como Manolo Caracol o La Niña de los Peines.