¿Sabías que La Velá de Triana, en honor a Santa Ana, es la fiesta más antigua de Sevilla?
Triana luce sus mejores galas cada julio para una fiesta nacida en 1266, cuando Alfonso X mandó levantar la parroquia de Santa Ana tras curarse de una afección ocular; aquella noche en vela junto al templo se convirtió, con los años, en la verbena más antigua de Sevilla – y en Fiesta Mayor reconocida junto a la Semana Santa y la Feria de Abril.
De romería medieval a fiesta a la orilla del río
Lo que empezó como una vigilia religiosa el 25-26 de julio se transformó pronto en un encuentro popular: vecinos de toda Sevilla acudían a “velar” a la Señá Santa Ana y dejaban ofrendas en barcazas iluminadas.
Con el tiempo aparecieron puestos de avellanas verdes, tabernas improvisadas y bailes flamencos bajo el puente de barcas. Hoy la parroquia sigue siendo el corazón devocional, mientras la Velá late en el Altozano y la calle Betis, encendiendo cada año el mismo sentimiento de barrio que fascinó a los cronistas del siglo XIX.
La cucaña, las avellanas y el Puente iluminado
Cada tarde, un palo engrasado se adentra sobre el Guadalquivir y jóvenes de todas las edades se lanzan a por la bandera entre vítores: la legendaria cucaña se documenta desde 1910 y sigue siendo el reto estrella de la Velá .
Al caer la noche, el olor a sardinas asadas y cacahuetes tiernos se mezcla con sevillanas en directo: en 2025 pasarán por el escenario Siempre Así, Las Carlotas o la Gala Flamenca en homenaje a Rafael Riqueni, mientras el Puente de Triana se cubre de farolillos rojos y blancos.
Ven a celebrarla del 21 al 26 de julio
El pregón de Rafa Almarcha, el alumbrado a medianoche y los concursos de pesca, petanca o “tiradores de cerveza” completan un programa que incorpora novedades como walking football y social running, más casetas y módulos de baños para aliviar aforos.
Súmate temprano al alumbrado, prueba un cucurucho de higos chumbos en el Paseo de la O y guarda fuerzas para los “gozos” de la torre la noche del 26: el instante en que Triana recuerda de dónde viene y por qué sigue celebrando.
Cuando las luminarias se apaguen y la última sevillana se diluya sobre el río, sabrás que has vivido una tradición que lleva 759 años encendiendo la misma chispa de júbilo popular. Vuelve cuando quieras: la historia y el Guadalquivir siempre te esperarán con el mismo compás.