¿Sabías que la muralla de la Macarena también protegía a Sevilla de las inundaciones?
Cuando pensamos en murallas antiguas, solemos imaginar estructuras defensivas para proteger ciudades de invasiones. Pero la muralla de la Macarena, en Sevilla, tenía una función adicional y menos conocida: servía como muro de contención contra las crecidas del río Guadalquivir.
Más que una simple fortificación
Construida durante la época islámica, especialmente bajo el mandato de los almorávides y posteriormente ampliada por los almohades en el siglo XII, la muralla de la Macarena no solo delimitaba y defendía la ciudad.
Su estratégica ubicación y solidez convertían al tramo de la muralla situado en el Barrio de la Macarena en una barrera eficaz contra las frecuentes inundaciones que afectaban a Sevilla.
Una ciudad con 13 puertas
La muralla de la Macarena era parte de un sistema mucho más grande del que hoy parece.
Sevilla era una ciudad con 13 puertas que la rodeaban completamente formando una muralla. Cada acceso tenía su uso: desde el paso de mercancías como el aceite o el carbón, hasta el control de viajeros y comerciantes.
Además de las conocidas Puerta de Jerez y Puerta de la Macarena, Sevilla contaba con otras entradas como la Puerta de Carmona o la Puerta de Córdoba.
Un viejo problema con adaptaciones modernas
A lo largo de los siglos, Sevilla ha tenido que adaptarse continuamente para enfrentar las amenazas de inundaciones. En tiempos recientes, se han implementado sistemas modernos de defensa, como las compuertas del Parque Vega de Triana, diseñadas para cerrarse en caso de aumento del caudal del Guadalquivir y proteger así las zonas bajas de la ciudad.
Como curiosidad estas compuertas han sido cerradas recientemente por primera vez en su historia como consecuencia de las fuertes lluvias sufridas este pasado marzo.
Aunque gran parte de las antiguas murallas de Sevilla fueron demolidas en el siglo XIX para dar paso al crecimiento urbano, el tramo de la Macarena se conserva y ha sido restaurado en diversas ocasiones.