Curiosidades

¿Sabías que en Sevilla hay ‘una calle de los besos’?

En pleno barrio de Santa Cruz, entre la calma de sus rincones escondidos, se encuentra la emblemática calle Reinoso, conocida popularmente como la calle de los Besos. Este pequeño y encantador pasaje, invita a los amantes y a los soñadores a dejarse llevar por la atmósfera mágica que emana de sus paredes. Con sus escasos 40 metros de longitud, este lugar se ha convertido en un símbolo de romance y un refugio para quienes buscan disfrutar de una experiencia única en la ciudad. Pero, ¿qué hace a esta calle tan especial y cómo ha llegado a ser parte de la esencia de Sevilla?

Una leyenda de saludos y estrechez

La disposición peculiar de las calles en la antigua judería de Sevilla, caracterizadas por su estrechez e irregularidad, respondía a necesidades defensivas y a la búsqueda de sombra en un clima tan caluroso. En el caso de la calle de los besos, estas teorías adquieren una importancia particular debido a su forma.

La leyenda dice que, debido a la estrechez de la calle, los balcones estaban tan cerca que los propietarios podían saludarse con dos besos al asomarse. Este peculiar detalle ha contribuido a la fama de la conocida como calle de los besos.

Esta calle es una de las más angostas del barrio y de toda la ciudad. Para verificarlo, basta con recorrer los apenas 50 metros que van desde la Plaza de los Venerables hasta la calle Lope de Rueda, terminando frente al Hotel Murillo. La calle Reinoso alcanza su máximo nivel de estrechez en la parte alta de los edificios, tal como dice la leyenda.

Romanticismo en Santa Cruz

Cuenta la historia que, en el encantador barrio de Santa Cruz, no es solo la famosa calle de los besos la que habla de romanticismo. Hay otro rincón que también está dedicado al beso, y es un lugar que pocos conocen. En la calle Gloria, un estrecho pasaje que une las plazas de los Venerables y Doña Elvira, hay un pequeño azulejo que capta la atención de los curiosos. Sobre él se lee: «antiguo rincón del beso». Su discreta presencia invita a detenerse y preguntarse qué historia se esconde detrás.

Decidido a descubrir más, uno comienza a investigar en la zona y pronto se desvela una curiosa anécdota: el azulejo fue colocado durante las reformas del Restaurante Doña Elvira en 2012. Aunque su origen no esté lleno de misterio antiguo, su magia ha ido creciendo con los años. Muchas parejas que pasan por allí no pueden evitar detenerse, darse un beso y capturar el momento en una fotografía, como si el pequeño rincón tuviera el poder de hacer más romántico el instante.

A pesar de que no se ha podido desvelar mucho más sobre este «Rincón del Beso», las calles cercanas están llenas de relatos que evocan historias de amor. Se dice que en la Plaza de Doña Elvira nació Doña Inés de Ulloa, el eterno amor imposible de Don Juan Tenorio, una de las figuras más icónicas de la literatura española. Además, en la cercana Plaza de los Venerables, en la Hostería del Laurel, se desarrolla parte de esa famosa obra, donde el seductor Don Juan también dejó huella. Así, el barrio de Santa Cruz, con sus estrechas calles y leyendas, se convierte en un escenario perfecto para los enamorados que buscan un rincón donde el tiempo parece detenerse.

Un destino imprescindible

En resumen, la calle de los Besos, con su rica historia y su vibrante arte, es un destino que cada visitante de Sevilla debería experimentar. No solo es un lugar donde el amor florece, sino también un rincón donde la pasión por la cultura y la historia de la ciudad se entrelazan en una danza infinita. Pasear por este pasaje es sumergirse en un mar de sensaciones, una invitación a vivir el presente mientras se honra el pasado. Así que, la próxima vez que estés en Sevilla, no olvides acercarte a la calle de los Besos; quizás encuentres el momento perfecto para dejarte llevar por la magia del lugar y sellar tu propio recuerdo en este emblemático rincón.