¿Sabes que Sevilla tiene un puente parisino?
La ciudad, llena de historia y tradición, alberga un tesoro arquitectónico con un toque de la capital francesa. Este puente, que combina la elegancia parisina con el encanto sevillano, es un testimonio fascinante de cómo el arte y la ingeniería pueden trascender fronteras y unir culturas. Hablamos del Puente de Isabel II, conocido popularmente como Puente de Triana.
El origen de su nombre
El puente debe su nombre a la reina Isabel II, ya que las obras se finalizaron durante su reinado. Fue construido entre 1845 y 1852 y lo diseñaron dos ingenieros franceses: Gustavo Steinacher y Ferdinand Bennenot, quienes a su vez se inspiraron en el puente de Carrousel, una estructura levantada en París en 1831. No obstante, existen diferencias notables entre el puente trianero y su homólogo parisino, debido a que este último tuvo que ser reconstruido, mientras que el de Triana ha mantenido su esencia original.
Escenario de momentos históricos
El antecesor al Puente de Triana, fue el Puente de Barcas, que se convirtió en el escenario de la histórica Batalla de Triana durante la Guerra de la Independencia española. La inauguración del nuevo puente, el 23 de febrero de 1852, fue un evento memorable, celebrado con una procesión desde la parroquia de Santa Ana. Personalidades de la época, como el arzobispo, el gobernador civil y el capitán general de Sevilla, estuvieron presentes en la ceremonia. El día fue declarado festivo y se llevó a cabo un desfile militar para conmemorar la ocasión.
A pesar de su valor histórico y arquitectónico, el Puente de Triana no ha estado exento de peligros. Estuvo a punto de derrumbarse en 1889 debido al paso de un cilindro de vapor que rompió uno de los largueros y una vigueta de la estructura, lo que obligó a apuntalarlo. Este incidente es solo una parte de su rica historia, que refleja la resistencia y la importancia del puente para la ciudad de Sevilla.
Una visita obligada
Desde abril de 1976, el Puente de Triana es considerado Monumento Histórico Nacional, consolidando su estatus como un lugar emblemático para los sevillanos y una visita obligada para todo aquel que llega a la ciudad.