Redescubre la Catedral de Sevilla a través de sus singularidades
5 curiosidades de la catedral
Sevilla es una ciudad llena de genio e ingenio, donde cada rincón guarda curiosidades y secretos fascinantes. Uno de sus tesoros más emblemáticos es la Catedral, un edificio majestuoso cuya inmensidad deja sin aliento a quienes la contemplan. A pesar de ser reconocida mundialmente, la Catedral de Sevilla aún tiene mucho por revelar a sus visitantes. Declarada Patrimonio de la Humanidad y Bien de Valor Universal Excepcional, esta joya arquitectónica no solo es famosa por ser la catedral gótica más grande del mundo, sino también por las innumerables historias que residen en su interior.
Con más de 500 años de historia, la Catedral de Sevilla ha sido testigo de algunos de los acontecimientos más importantes de la ciudad. Desde sus impresionantes vidrieras hasta sus intrincadas tallas y esculturas, cada detalle del templo narra una parte de su rica y extensa historia. Hoy, nos adentraremos en cinco de las curiosidades más intrigantes que esta maravilla arquitectónica tiene para ofrecer, desvelando aspectos fascinantes de un monumento que continúa asombrando a todos los que lo visitan.
Un colmillo de elefante y un cocodrilo…
Ni los cocodrilos ni los colmillos son conocidos por formar parte del imaginario católico. Sin embargo, la Catedral guarda en su interior un colmillo de elefante, así como un cocodrilo disecado. Esto se debe a que, según la leyenda, el sultán de Egipto agasajó a Alfonso X el Sabio con la intención de crear una alianza matrimonial con su hija. Por ello, envió al rey un cocodrilo, un colmillo de elefante y una jirafa, como símbolos de aprecio y riqueza. Así, aunque los enlaces no salieron adelante, los regalos permanecieron en Sevilla como prueba de este intento de enlace. Este es el motivo de que la Catedral de la capital albergue obsequios tan aparentemente poco relacionados con la Fe.
Es un edificio que respira
Tal y como se descubrió en 2006, cada día, sus bóvedas se dilatan varios centímetros por los cambios de temperatura, recreando un movimiento muy similar al de la respiración. Cabe destacar que, aunque pueda sonar inseguro, se trata de una ventaja del edificio, que lo hace más seguro, ya que demuestra el margen de movimiento de la Catedral ante cualquier desastre.
Tiene una hermana
La conocida Giralda es la torre del campanario de la Catedral. Su altura de algo más de 100 metros la convirtió durante siglos en la torre más alta de España. Pero esta no es su única particularidad, el monumento tiene una réplica en Kansas City, como muestra del hermanamiento entre las ciudades de Kansas y Sevilla. Por ello, es posible disfrutar de una réplica de la Giralda en Estados Unidos, extendiendo hacia el nuevo continente la esencia y el arte sevillanos.
No tiene una estructura habitual
A pesar de que se trata de una catedral gótica, la de Sevilla no cuenta con planta en forma de cruz latina, como es habitual en este tipo de construcciones, sino que su planta es cuadrada. Eso se debe al origen del propio edificio, ya que se construyó sobre la antigua mezquita mayor de la ciudad, por lo que tuvo que adaptarse a la estructura que ya existía. Por eso, en zonas como el Patio de los Naranjos o la Puerta del Perdón, se pueden ver la impronta y el recuerdo de la mezquita.
Fue un lugar de refugio
En las inmediaciones de la Catedral es posible ver unas cadenas rodeando el recinto. Esto no es casualidad, las cadenas cuentan con siglos de historia, ya que suponían la forma de marcar el límite jurisdiccional entre la ciudad y la Iglesia. Aquellos que cometían delitos no muy graves se escondían en la Catedral para ser amparados por las reglas de la Iglesia, en lugar de en las de la ciudad.