Los platos clásicos de la cocina de Cuaresma y Semana Santa
La cocina de Cuaresma es una manifestación culinaria única que refleja tanto la tradición religiosa como la riqueza cultural de la ciudad. Durante estos meses, los hogares, bares y terrazas acogen platos protagonizados por pescado, verduras, legumbres y, por supuesto, dulces como las torrijas y pestiños.
Esta tradición es un recordatorio de los 40 días de ayuno que pasó Jesucristo en el desierto. Su inicio lo marca el Miércoles de Ceniza, justo 40 días antes del Domingo de Ramos, cuando los cristianos optan por excluir la carne de su dieta como gesto conmemorativo.
El bacalao es el rey
El bacalao es uno de los grandes protagonistas de la cocina de Cuaresma. Se cocina de múltiples maneras y acompañado de todo tipo de alimentos. Hay elaboraciones para todos los gustos: croquetas de bacalao, tortillitas de bacalao, bacalao con tomate, pavías de bacalao o soldaditos de pavía, buñuelos de bacalao, menudo de bacalao… Sin duda, una carta extensa donde elegir y una amplia gama de sabores que disfrutar.
Verduras de temporada
Además de las espinacas, otras verduras de temporada se incorporan a los menús de Cuaresma, como protagonistas o como deliciosas guarniciones. El pisto, elaborado con ajo, cebolla, pimiento, tomate y calabacín, es un plato popular que permite a cada cocinero añadir su toque personal. Las alcachofas también son bienvenidas como entrante, ya sea acompañadas de jamón o bacalao.
Legumbres y potajes
El cuchareo es una práctica muy habitual de la cocina de Cuaresma y se extiende hasta la primavera. Dos platos indispensables en esta época son las espinacas con garbanzos y los garbanzos con bacalao. Además, el potaje de vigilia, que incluye garbanzos, espinacas, bacalao, huevos y más verduras, ofrece una opción reconfortante y nutritiva para estos días especiales donde aún nos acompañan las temperaturas más bajas.