Un pequeño gran placer
La vida está llena de pequeños placeres. Si existiera un catálogo de esos lujos cotidianos uno de ellos sería, sin duda, tomarse una cerveza bien fría en un bar de Sevilla en un día lleno de luz.
La alegría de refrescarte en compañía
Aquí vas a descubrir la cerveza más fría que puedas imaginar. Podríamos considerar, a la cerveza sevillana, una bebida absolutamente adaptada al medio, una bebida viva que sabe mejor aquí que en ningún sitio, y mejor aún rodeado de gente pasándolo bien y disfrutando de Sevilla. Tomar una cerveza es una actividad que hacemos en sociedad.
Aunque hay otras variantes, nuestra unidad de medida cervecera suele ser una caña, un vaso no muy grande que te resultará ideal para que nunca llegue a calentarse la bebida.
La experiencia... son unos 5 grados
Hay toda una ciencia en esto de servir la mejor cerveza: temperatura, presión, vaso, condiciones ambientales, técnicas de decantación, etc todo está estudiado al milímetro para que la experiencia al saciar tu sed sea perfecta.
El ingenio sevillano de los bares
Ahora te toca descubrirlo por ti mismo, deléitate con el espectáculo que brindan algunas barras, admira por ejemplo al que probablemente sea el camarero más rápido de Europa, en la Plaza del Salvador, o escucha al que canta las comandas en «gregoriano», en el Barrio de San Lorenzo.
Vive un buen rato entre amigos, entre nosotros, éste no es un lujo privativo ni reservado a los sevillanos: estamos deseando compartir lo mejor de nosotros. Nuestros pequeños placeres están abiertos al mundo.
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El precio de una caña de cerveza suele oscilar entre 1€ y 1,30€.
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Aceitunas y altramuces son muy buenos acompañantes de la cerveza.
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…Y claro, también las gambas la acompañan de manera fantástica.