Más de 800 años contemplando Sevilla
…Y todo ese tiempo siendo admirada. La Giralda es un icono que identifica a Sevilla de manera casi automática en el mundo. Un monumento con una fuerza de atracción y una belleza únicas.
Simbiosis de estilos
La Girada resume a las mil maravillas muchos siglos de historia sobre su propia fisonomía. La confluencia de los diferentes estilos arquitectónicos que la caracterizan es reflejo de las culturas que habitaron Sevilla. El resultado, ecléctico y singular, fascina a cualquier viajero.
El primer tramo de la Giralda es de estilo almohade. Los arquitectos Ibn Basso y Alí de Gomara fueron los artífices de este alminar construido para la gran mezquita de la ciudad. Un terremoto en 1356 provocó la caída de las cuatro esferas de bronce que coronaban la torre.
El cuerpo de campanas es de estilo renacentista, y fue diseñado por Hernán Ruiz en el siglo XVI. En su cúspide, a 104 metros de altura, podrás adivinar una veleta muy especial: el Giraldillo, otro símbolo de Sevilla.
La silueta de Sevilla
El perfil del mayor casco histórico de España tiene en la Giralda a su absoluta protagonista. Incluso, las decenas de torres y espadañas diseminadas por el centro de Sevilla parecen saludar respetuosamente a su referente, la Giralda.
La Giralda era roja
Recientemente se ha descubierto que la Giralda no mostraba el ladrillo tal como lo vemos hoy en día, sino que estaba revestida de color rojo. Al menos se sabe que así era en la época almohade y renacentista.
Pinturas y grabados de hace siglos atestiguan ese carácter polícromo de la Giralda. Y más aún, volvemos a mirar con otros ojos algunas obras donde parece adivinarse la sorprendente tonalidad de la torre.
Es el caso, por ejemplo, del famoso cuadro Santas Justa y Rufina, pintado por Murillo en 1666 y que puedes admirar en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. ¿A que la Giralda parece rojiza en este cuadro?
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La Giralda cuenta con 24 campanas (más 1 superior). Su repicar en las grandes ocasiones es sencillamente espectacular.
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Del Giraldillo proviene del nombre de la «Giralda», cuya acepción es «veleta de una torre con figura humana o animal».
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En la Puerta del Príncipe de la Catedral de Sevilla, puedes ver cara a cara una réplica exacta del Giraldillo.