Descubre Sevilla a través de sus tapas

La gastronomía dice mucho de lo que somos, de cómo nos relacionamos, de la manera en la que invertimos nuestro tiempo… En Sevilla comer es más que una necesidad básica, es un momento de disfrute compartido. Comemos como vivimos. ‘Tapear’ es una forma de conocer la ciudad: aquí las barras son un espectáculo, las comandas se cantan, el ambiente alegre invade los bares… Disfrutar de la gastronomía es disfrutar de Sevilla.

 

La tradición de las tapas está muy ligada a la capital y es que, la forma de ser del sevillano, abierto y alegre, tiene mucho que ver con esta costumbre popular. Estar de pie en una barra implica una estrecha cercanía con el de al lado, que da lugar a momentos de intimidad compartida. Salir a ‘tapear’ es disfrutar de la ciudad en su máximo esplendor: recorrerla, cambiar de bares, conocer gente nueva… Existe toda una cultura y una forma de relacionarse en torno al hecho de ‘salir de tapas’.

Origen de la tapa

Si buscamos en la RAE la definición de ‘tapa’ en su primera acepción identificamos: “pieza que cierra por la parte superior cajas o recipientes”. Aunque, a priori, esta definición parece lejana a la gastronomía, lo cierto es que tiene mucho que ver con el origen que se achaca a esta tradición. 

Existen varias leyendas en torno al origen de las tapas. La más conocida sitúa su germen en el rey Alfonso XIII. Cuenta la historia que, en una visita al sur, el Rey pidió una copa de Jerez. Era un día de mucho viento y el camarero colocó una loncha de jamón a modo de ‘tapa’ sobre la copa para protegerla. Esto gustó mucho al Rey, quien siguió pidiendo su bebida con ‘tapa’ a partir de ese momento. 

Sin embargo, esta no es la única teoría. Otra de las fábulas ubica el origen de las tapas en los clubes privados de Sevilla. Se dice que, quienes pasaban allí su tiempo, pedían las bebidas en los alrededores del club y estas eran tapadas con fiambres para que no les entrara el polvo mientras eran transportadas. Sea como fuere, el origen de la tapa tiene mucho que ver con su definición literal.

Saborear Sevilla

La tapa, tal y como la entendemos hoy, es una porción pequeña de una comida, de precio reducido y pensada para acompañar la hora del aperitivo. El plato en el que se servían tradicionalmente es la ‘concha’, un recipiente blanco y alargado que acogía la medida perfecta para tomar un tentempié. No obstante, esto ha ido evolucionando y, así como las tapas incluyen desde recetas tradicionales a otras más innovadoras, la manera de presentarlas también se ha ido adaptando a los nuevos tiempos. 

Aunque uno de sus sinónimos es ‘abreboca’, con el paso de los años la tapa ha adquirido un ‘estatus propio’. Dos o tres tapas pueden ser un almuerzo, por eso, hoy en día, son mucho más que un primer bocado, son una forma de comer. ‘Tapear’ no es solo un atractivo turístico de la capital, es una costumbre muy sevillana que engloba un rito protagonizado por el bar. Quien quiere conocer Sevilla, no puede pasar por la ciudad sin degustar sus tapas y recorrerla disfrutando de su belleza, pero también probando su gastronomía. Y es que, Sevilla es un destino gastronómico de lo más atractivo.

Una de las tapas más famosas en Sevilla son los fritos. Pasear por el centro de la ciudad es abrir el estómago con el olor del Adobo. Sin embargo, cada momento del año cuenta con distintas opciones más o menos populares según la época. Por ejemplo, con la llegada del verano, las tapas frías como el salmorejo o la ensaladilla cobran aún más fuerza. Pero estas tapas tradicionales no son las únicas posibles, existe todo un abanico de sabores y combinaciones dentro del mundo de las tapas, que abarca desde opciones más tradicionales a alternativas de vanguardia con sabores sorprendentes.

Salir de tapas en Sevilla es empezar a fusionarte con el alma de la ciudad. Por ello, te invitamos a vivir el ‘turismo de degustación’, disfrutar al máximo del tapeo de Sevilla y conocer la ciudad a través de tus papilas gustativas.