Convento de Santa Inés
Convento de Santa Inés
Este importante convento sevillano no se proyecta al exterior, a pesar de su gran superficie urbana, desarrollando toda su complejidad hacia el interior. El acceso se realiza a través de dos entradas independientes que se abren cada uno a un compás a los lados de la iglesia. En el izquierdo están entre otros el torno, los locutorios, las viviendas del sacristán y portero y la puerta reglar; mientras que el otro permite entrar a la iglesia por otra puerta, opuesta a la anterior, y a las sacristías de afuera.
La iglesia es un elemento singular, ya que cuenta con tres naves de igual altura cubiertas con bóvedas de crucería, cosa inusual en los conventos femeninos de la ciudad. Su fábrica se reforma hacia el año 1630 con yeserías y pinturas murales realizadas por Francisco Herrera el Viejo y se ornamenta con retablos barrocos durante los siglos XVII y XVIII.