Viajar con todos los sentidos
No hay experiencia turística completa sin un viaje por los sabores de la ciudad que visitas. Si quieres saber a qué sabe Sevilla, date el lujo de recorrer sus confiterías, obradores y conventos. Te esperan esencias a canela, anís, almendra…
El sabor de la repostería tradicional
La relación constante con la historia es una de esas cualidades que le confieren a un destino el carácter especial que muchos viajeros buscan. En Sevilla podrás comprobar que la historia está ahí, sigue presente, que no es un relato guardado en anaqueles ni estanterías, sino que se percibe diariamente a cada paso que das. Ese amor de Sevilla por su legado cultural también se traslada al mundo gastronómico. Y la mejor muestra de ello es revisitar la repostería típica de Sevilla en sus confiterías históricas.
Las recetas de los dulces sevillanos de toda la vida se han logrado conservar en establecimientos (algunos centenarios) que atrapan por sus aromas y sus vitrinas. Aquí podrás encontrar, y saborear, especialidades como el tocino de cielo, los cortadillos de cidra, las tejas de almendra… y un riquísimo etcétera.
El 6 de enero es la festividad de los Reyes Magos, muy arraigada en nuestra ciudad. Durante toda esta semana, las familias sevillanas se reúnen ante el tradicional Roscón de Reyes al desayunar, merendar o como postre. Un delicioso bollo elaborado con una masa dulce enriquecida con agua de azahar. Si estás en Sevilla, podrás adquirirlo en multitud de confiterías y tiendas de alimentación.
Han dado la vuelta al mundo
Algunas especialidades reposteras de Sevilla y su entorno han dado ya la vuelta al mundo. Es el caso de la maravillosa torta de aceite. Una Especialidad Tradicional Garantizada por la UE que, desde Castilleja de la Cuesta (a escasos 5 km de la capital), ha llegado a ganarse un sitio por su indiscutible calidad en las más sofisticadas tiendas internacionales de alimentación. Y también, como no, el mantecado (con epicentro productivo en el pueblo sevillano de Estepa): el dulce de Navidad que ha conquistado a millones de personas.
Los dulces de convento
Te proponemos un recorrido por los conventos de clausura que hay en la ciudad, en cuyos obradores se preparan de manera tradicional dulces que te parecerán absolutamente celestiales.
Los dulces de convento son uno de los tesoros gastronómicos con más arraigo y difusión en Sevilla. A lo largo de los siglos han pervivido con sus sabores claros, deliciosos y sin artificios industriales. Sabores tan familiares y ensoñadores como la propia elaboración que llevan a cabo las monjas.
Yemas de almendra o batata, empanadillas de cidra o boniato, torriijas y pestiños, mermeladas y jaleas, roscos de vino, bollitos de Santa Inés, trufas, rosquillas, tortas de polvorón… Son algunas de las exquisiteces de conventos históricos como San Leandro, Santa Ana, Santa Inés, Santa Paula o San Clemente, entre otros.
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La confitería más antigua de Sevilla es La Campana, fundada en 1885.
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Muchos pasteles típicos andaluces tienen una clara influencia de la repostería árabe.
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Acércate a los conventos de clausura y siente el aroma de sus dulces recién hechos.
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Pero Sevilla es también mucho más que tapas: nos lo cuenta este artículo de la Guía Michelin.